Con profunda fe y devoción cientos de fieles católicos participaron en una concurrida procesión para celebrar los 337 años de la entronización de la Virgen de la Natividad en el templo de la Almudena, ubicado en el distrito de Santiago.
Alberto Huamán Pinto, presidente de la Hermandad de la Virgen de la Natividad, señaló que la actividad se hace con mucho agradecimiento por la salud otorgada tras la pandemia del covid-19.
“Este día es tan grande, que lo celebramos con mucho cariño. Ella la Virgen de la Natividad es bondadosa, nos protege, nos cuida, nos da vida, salud, el pan de cada día”, afirmó durante el recorrido que ofrecieron por las calles Almudena, Hospital, plaza San Pedro Ccascaparo y su retorno al templo colonial.
DESDE EL 1 DE MAYO DE 1686
La entronización de la Mamá Nati como es llamada de cariño se remonta al 1 de mayo de 1686. Según la página Tradiciones del Cusco, el párroco Andrés de Mollinedo y Rado y el obispo Manuel Mollinedo y Angulo (tío y sobrino) hicieron construir lo que se denominó la Catedral de Santa María la Real de la Almudena y en ella exaltaron a la venerada imagen de una virgen morena.
La obra es del artista indígena Juan Tomas Tuyro Túpac Inca sobre una astilla de la que fue la Virgen de la Almudena de Madrid, cuyo día central es el 8 de setiembre, que se desarrolla con profunda devoción desde que el barrio se llamó Chimba o Kayaocachi en la época inca. A su festividad llegan fieles de las regiones Puno y Junín con sus danzas típicas.
En la víspera y en adelante, la comunidad católica mantiene un cronograma de celebraciones, pues desde el 31 de mayo de 1956 la efigie de la Virgen Natividad de la Almudena recorre el centro histórico de la ciudad del Cusco y forma parte del tradicional Corpus Christi, que este año se celebrará el 8 de junio.