Hay graves problemas en los terrenos donde deben ejecutarse las obras.
El proyecto “Ampliación de la Producción de Agua para 6 distritos de la provincia de Cusco – Sistema Vilcanota II” tiene un avance del 43% cuando debería registrar un 70%, y atraviesa una etapa crítica con frentes de obra bloqueados y disputas legales sobre los terrenos, situación que pone en grave peligro su continuidad.
La obra, ejecutada por el Programa Nacional de Saneamiento Urbano (PNSU) del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) con la intervención de SedaCusco, tiene como meta garantizar el suministro de agua para más de 600 mil habitantes de distritos y centros poblados como Cusco, San Sebastián, Saylla, San Jerónimo, Wanchaq, Santiago, Oropesa, Huacarpay, Andahuaylillas y otros.
El Decano del Colegio de Ingenieros del Cusco, Víctor López Durand, advirtió que diversos frentes de obra permanecen bloqueados: el Tramo II (Oropesa y Saylla) enfrenta oposición de comunidades y asociaciones de ganaderos; mientras que en el Tramo III, el acceso al reservorio R-12 fue cerrado por comuneros que alegan propiedad de las vías.
A ello se suma la problemática de terrenos en litigio judicial en manos de asociaciones locales, que han impedido la liberación completa de las áreas necesarias para la continuidad de los trabajos. Estos procesos legales, junto con hallazgos arqueológicos y retrasos en las autorizaciones de Provías Nacional, han generado demoras significativas.
El Vice Decano del Colegio de Ingenieros Cusco, José Cabezas, subrayó que este proyecto, además de atender una necesidad básica, debe convertirse en un hito en la gestión de los recursos hídricos urbanos, mejorando la resiliencia frente al crecimiento poblacional y las variaciones climáticas que afectan la seguridad hídrica. Según precisó, el objetivo debe ser culminar la obra en los plazos establecidos, garantizando desarrollo, salud y bienestar para el Cusco.
En este escenario, el PNSU, entidad responsable del proyecto, estaría optando por paralizar la obra en lugar de coordinar soluciones y evaluar alternativas oportunamente, lo que pone en riesgo la viabilidad del proyecto y, con ello, la seguridad hídrica de la población cusqueña.