De acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar – ENDES, la estadística de embarazo en adolescentes disminuyó en un 8.3% durante el 2020. Sin embargo, el director ejecutivo de Salud Sexual y Reproductiva del Minsa, Guillermo Atencio, explica que a pesar de la disminución, se observa una brecha marcada entre el embarazo en adolescentes de la zona urbana, cuyo porcentaje es de 6.9%, y la zona rural, que es de 12.4%.
“Las adolescentes de la zona más alejada y rural de nuestro país se encuentran ante situaciones de mayor vulnerabilidad, que propician a su vez mayores riesgos en su salud y desarrollo personal, porque son madres por embarazos no esperados en su adolescencia”, comentó.
Precisó que en el 61% de las regiones el embarazo en las adolescentes se encuentra por encima del promedio nacional. Por ejemplo, la región Loreto presenta una prevalencia de casi dos veces más que el 8.3%.
Asimismo, el Callao, que en el 2018 se encontraba por debajo del promedio nacional, es una de las regiones donde el embarazo adolescente se ha incrementado durante el 2020.
“El bajo nivel socioeconómico y educativo, la deserción escolar, el entorno familiar, las dificultades y barreras en las familias y comunidades para que accedan a una educación sexual integral y métodos anticonceptivos modernos, son factores que predisponen el embarazo en adolescentes”, precisó.
Las posibilidades de tener gestaciones de alto riesgo y mayores posibilidades de muerte materna y de los recién nacidos, son inminentes, alertó.
Atencio indicó que es de suma importancia tomar en cuenta con canales de comunicación para los adolescentes, porque hoy en día utilizan tecnología y redes sociales para buscar información sobre el tema, pero lamentablemente, muchas veces no ofrecen datos correctos y veraces.
“El embarazo en una adolescente, en su mayoría no es planificado, eso le genera vulnerabilidad, repercute en su desarrollo individual, familiar y social. Limita sus planes de vida y el acceso a oportunidades de mejora económica. Solo crea condiciones negativas para cuidar y criar al niño”, sostuvo.
El Ministerio de Salud y las direcciones regionales realizan esfuerzos para disminuir el embarazo adolescente de manera progresiva y sostenible, mediante un trabajo multisectorial enfocado en actividades preventivas.
Lo que se busca, refirió el funcionario, es mejorar el seguimiento y monitoreo de los planes de intervención en cada región, para que los adolescentes cumplan sus expectativas de desarrollo, accedan a información correcta y completa sobre su sexualidad, la responsabilidad del autocuidado y la libre elección informada del uso de métodos anticonceptivo.