En el Perú, el 67% de pescados en promedio es comercializado bajo otro nombre y sustituido de manera fraudulenta. Esto significa que, aproximadamente, siete de cada 10 pescados son vendidos con otro nombre, según los resultados del nuevo informe realizado por las organizaciones de conservación marina Oceana Perú y ProDelphinus.
El estudio analizó 1,025 muestras recolectadas en las principales ciudades costeras del país identificando el reemplazo de especies en 75 puntos de venta, entre restaurantes, supermercados y mercados distritales, de Lima (La Punta, La Victoria, Miraflores, San Borja y Surquillo), Chiclayo y Piura.
Particularmente en Lima, el fraude alcanza hasta el 80% en los restaurantes de Lima, siendo el perico, la lisa y el falso volador, las especies más vendidas bajo otra denominación. Por ejemplo, se identificó que, al pedir un ceviche de mero, es sustituido por perico; a su vez, la cabrilla suele ser reemplazada por lisa y la cojinova por el falso volador.
“Este engaño afecta la economía del consumidor y el derecho de comer lo que se está eligiendo; y más aún si tomamos en cuenta que nos encontramos en medio una pandemia mundial. Por ejemplo, se paga alrededor de 100 soles por un kilo de mero cuando en realidad están dando basa, que cuesta aproximadamente 13 soles el kilo; es decir, el consumidor paga 87 soles demás”, explica la directora de ProDelphinus, Joanna Alfaro.
Esto se debe al parecido físico que tienen las especies, lo cual puede llevar a un error o a un fraude deliberado, considerando que, en la mayoría de los casos, el consumidor no está preparado para reconocer qué especie de pescado está comprando o comiendo.
Este reconocimiento es mucho más difícil cuando el pescado está preparado. “Por eso, vemos que el mayor fraude ocurre justamente en los restaurantes (80%)”, precisó Alfaro.
La cadena de comercialización de pescados en el Perú involucra a una diversidad de actores, desde la captura en el mar hasta llegar al consumidor final. La identificación de especies se hace de forma declarativa, en base al conocimiento de pescadores, comercializadores y los nombres de las especies cambian según el lugar dónde son desembarcadas.
El director científico de Oceana Perú, Juan Carlos Riveros, comentó que es necesario establecer un sistema de trazabilidad que permita rastrear los recursos en cada punto de la cadena de comercialización y que exija a los intermediarios reportar información sobre qué, cómo, cuándo y dónde se pesca, se procesa y venden los recursos marinos.
Otras propuestas que se plantean son la promoción de un mayor conocimiento de las especies existentes en el mar peruano, para lo cual es necesario desarrollar campañas de intervención basadas en la toma de muestras por parte de ciudadanos, la llamada ciencia ciudadana. Asimismo, diseñar guías o aplicaciones para teléfonos inteligentes dirigidas al ciudadano con el fin de facilitar el reconocimiento y la diferenciación de las especies.