Si bien ha concitado la atención de la ciencia mundial por su inmunidad al coronavirus covid-19, la llama suma ahora un nuevo atributo en su composición orgánica. Investigadores del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) del Perú han descubierto que la leche de este camélido oriundo del Perú es altamente nutritiva y supera, por ejemplo, en proteínas a la leche de vaca.
Mario Gonzales Castillo, médico veterinario y zootecnista, egresado de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno e investigador del Banco de Germoplasma de Camélidos del INIA, ubicado en el anexo de Quimsachata, perteneciente a la Estación Experimental Agraria Illpa, en el departamento de Puno, precisó que el nivel de proteínas en la leche de llama puede llegar al 4.16 %, superando al de la vaca que contiene 3.5 % aproximadamente.
El especialista detalló que, de acuerdo al estudio realizado con 100 muestras de leche de llama en el primer mes de lactancia, el nivel de grasa alcanza un 3.16 % y concentra 6 % de lactosa. A ello se suma que presenta una relación de 74.7 % de grasa respecto a la proteína, así como un 11 % de sólidos grasos, 0.53 % de minerales y vitaminas (calcio, magnesio, selenio, riboflavina, vitaminas A, D, C, B5, B12, omega 3 y ácido linoleico), y una densidad de 1.035 con un punto de congelación por debajo de 0.5 ºC.
Gonzales Castillo destacó también que la leche de llama, como sucede con la leche de los camellos y dromedarios que pertenecen a la misma familia de mamíferos, ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre, por lo que su consumo es beneficioso para las personas diabéticas.
Junto con la leche, la llama produce buena calidad de carne y fibra. Sobre la carne se resalta que posee 25 % de proteínas, tiene mejor sabor que la de alpaca, registra baja concentración de grasa y de colesterol, por lo que es recomendada para una alimentación saludable y para personas con problemas cardiovasculares. Por ello su aprovechamiento se da desde tiempos ancestrales.
Explicó que estas propiedades nutricionales responden al tipo de alimentación a base de pasto orgánico que crece en la puna y el altiplano, su hábitat natural, lo que permite que esta y las otras especies de camélidos sudamericanos (alpaca, vicuña y guanaco) logren un mejor crecimiento.
Gonzales Castillo indicó que en cuanto al volumen generado, las llamas producen durante los cuatro primeros meses alrededor de 90 litros de leche, cantidad que si bien es mucho menor a la producida por las vacas que, en el mismo periodo, registran entre 6,000 y 8,000 litros, se espera incrementar con alimentación y otros factores favorables. El periodo de gestación de una llama es de 345 días y solo da una cría por año.
Esta investigación forma parte del proyecto “Descripción de la composición química de la leche de llama en puna seca”, que impulsa el INIA, entidad perteneciente al Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), con la finalidad de potenciar la ganadería de auquénidos, que en el caso de las llamas supera el millón 250,000 ejemplares a escala nacional.
Este proyecto puede contribuir a mejor aprovechamiento de la leche de llama con fines industriales, que se da actualmente con un alcance doméstico, en beneficio de la economía de más de 45,000 criadores de este camélido en varias regiones del Perú.