Ayer la Iglesia Universal celebró la Solemnidad del Corpus Christi, actividad que cada año se realiza de manera muy tradicional en la Arquidiócesis del Cusco, pero este año tuvo un matiz diferente a causa de la pandemia provocada por el Covid-19. Monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, presidió la Santa Misa a puertas cerradas en la Basílica Catedral del Cusco.
“Nuestro pueblo cusqueño, cada año celebra este misterio de una manera muy grandiosa, muy solemne”, comenzó diciendo en su homilía, Monseñor Richard Daniel; de igual modo, exhortó: “Seamos instrumentos del amor de Jesús Eucaristía, siendo solidarios, cuidando, salvando vidas, consolando y animando, despertemos la esperanza con amor, y a Jesús Eucaristía encomendemos los miles de muertos por esta pandemia; que nuestros Santos nos animen a vivir con amor a Jesús Eucaristía”; además invocó a que todos tenemos que poner nuestra mirada en Jesús Eucaristía y encontrar en Él una luz de esperanza, porque Jesús esta mañana nos dice: “no tengas miedo, yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo para dar vida, vida al mundo”.
Al finalizar como es tradición en esta solemnidad del cuerpo y sangre de Cristo, expuso al Santísimo Sacramento, dando la bendición al pueblo cusqueño, quienes estaban conectados a través de los medios de comunicación.